Según la historia local relata, por el mil ochocientos ochenta y pico el "centro" de la incipiente ciudad rondaba por las calles Tomás Manuel de Anchorena y San Juan (o las más actuales Zelarrayán y Rodríguez). Don José Lamberti, propietario de una confitería con billares en dicha esquina decide, en 1885, trasladar su comercio hacia la calle General Guido y su intersección con Victorio García Zúñiga (O'Higgins y Chiclana). Ya por 1900 el "centro" también se había mudado y el Hotel de Londres brillaba tanto por sus lámparas de gas de acetileno de su gran comedor, como por ser el lugar elegido por todos los personajes más destacados de la sociedad bahiense.