viernes, 6 de marzo de 2015

Hace algunos años atrás decir lavandina, en Bahía Blanca y su zona, era sinónimo de "Gloria" marca registrada de Staltari Hermanos.  Juan e Italo, sus propietarios, tenían su fábrica en la calle Charlone 161. La fotografía muestra una Charlone con calles de tierra y veredas estrechas; detrás del inmueble se ven los altísimos eucaliptus que crecían y daban sombra a la tribuna visitante en la vieja cancha de fútbol de Pacífico. Un flamante camión Chevrolet Viking de 1957  orienta al desprevenido en la fecha que se registró la escena, en tanto que un International modelo '56 de la firma Duperial asoma su cabina por el portón de entrada, tal vez descargando insumos. Una empresa bahiense que supo ser líder en su momento, fue dejando retazos de su historia en cada vaivén económico, de los tantos que sufrió el país y, a la par, quienes apostaban por él. No todo se perdió, claro. Conocí a Don Italo en su vejez y puedo asegurar que no dejó fortuna para sus hijos: su herencia hablaba más de principios morales, rectitud y abnegación a la familia y al trabajo. Sus descendientes fueron dignos depositarios y ejercieron ese legado con humildad, la misma que ponía Don Italo en todos los actos de su vida.