lunes, 25 de noviembre de 2013

Parque de Mayo.
Tobogán: rampa inclinada por la que las personas, sentadas o tumbadas, se dejan 
resbalar por diversión

..."miro la cola, interminable, y veo que la espera dibuja gestos de impaciencia entre los pibes que la forman. Un senderito de tierra suelta y pisoteada por miles de piecitos nos lleva a una escalera. Esta era alta, altísima, y llegar hasta el final era toda una aventura. Agarradísmos a la fría baranda, despintada por miles de manos, subíamos mirando la espalda del que nos precedía, pero esta vez  en una cola vertical y ascendente. Llegando, for fin!, a la cima del artilugio: una plataforma cuadrada con techito a cuatro aguas que oficiaba de rampa,nos aguardaba. Esta, toda chapa y colores infantiles, era la antesala del vértigo que nos aguardaba: una especie de caracol hecho de hierro y madera dura con grietas. Ahora si, sentarse, darse impulso con las manos hacia adelante, sentir cosquillas en la panza y llegar al final era toda una sola acción. Y ni hablar si al llegar coronábamos la llegada quedando parados de un saltito. Así salíamos del pozo formado por cientos de aterrizajes e íbamos corriendo para empezar todo de nuevo.
Y si los bolsillos flacos del algún papá o si en el monedero de alguna mamá sobraba alguna chirola para una coca, la tarde había sido perfecta"